La Historia de la Fundación Pinasco
La Fundación Pinasco nació de los profundos valores familiares y empresariales que dieron vida al grupo Pinasco Rivas. Desde sus orígenes como una pequeña empresa familiar, la organización entendió que el éxito no se mide únicamente en términos económicos, sino en la capacidad de trascender, de conectar con su comunidad y de mantener vivo un propósito que dé sentido a su existencia. Ese propósito se define en una palabra: ALMA.

La Fundación Pinasco nació de los profundos valores familiares y empresariales que dieron vida al grupo Pinasco Rivas. Desde sus orígenes como una pequeña empresa familiar, la organización entendió que el éxito no se mide únicamente en términos económicos, sino en la capacidad de trascender, de conectar con su comunidad y de mantener vivo un propósito que dé sentido a su existencia. Ese propósito se define en una palabra: ALMA.
Para la familia Pinasco Rivas, el ALMA representa el motor que impulsa cada acción, el fundamento de su visión y misión, y la fuerza que los lleva a alcanzar objetivos que trascienden generaciones. Con esta filosofía, hace más de dos décadas comenzaron a emprender iniciativas sociales orientadas a mejorar la calidad de vida de su comunidad y a fortalecer los lazos con sus colaboradores.
En 2024, estas acciones solidarias encontraron una identidad formal bajo el nombre de Fundación Pinasco, consolidándose como el rostro humano del grupo empresarial. Desde entonces, la Fundación ha canalizado los valores y principios de la familia hacia proyectos de impacto social que buscan construir un entorno más justo y próspero.
El liderazgo del ingeniero Christian Zeus Pinasco Montenegro, presidente fundador, y de su esposa, la arquitecta Jhuliana Fiorella Rivas Piña, ha sido esencial en este proceso. Junto a sus hijos, Christina Marifé, Valentina Fiorella, Christian Perseo y Cibeles Guadalupe, han formado un equipo comprometido con el desarrollo sostenible y el bienestar de su comunidad. Este compromiso familiar ha sido la piedra angular que ha definido el rumbo de la Fundación.
Sin embargo, la Fundación Pinasco no se sostiene únicamente en el núcleo principal de la familia. Otros miembros, como María Montenegro Linari, Lupe Piña Acho y Julio Cesar Rivas Rubio, han sido pilares en la estructura de apoyo. Además, la Lic. Nary Benvinda Pinasco Montenegro, un referente en la gestión social de la familia, ha aportado su experiencia y dedicación para cumplir los objetivos trazados.
La esencia de la Fundación Pinasco va más allá de sus proyectos y logros tangibles. Su verdadero valor radica en las personas que la integran, en la humanidad que impulsa cada acción y en los sueños que inspiran a construir un futuro lleno de esperanza. Es un ALMA colectiva, una manifestación de compromiso, principios y visión compartida que se refleja en cada iniciativa.
Hoy, la Fundación Pinasco no solo simboliza la trascendencia de una familia y su empresa, sino que se ha convertido en un faro de esperanza para su entorno, demostrando que el verdadero éxito está en servir y mejorar la vida de los demás. Porque en la Fundación Pinasco, el ALMA somos todos.